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Braulio K. Uno corto, pero duro.


Liberación:

 Ayer, en la oscuridad de una tarde de abril, con el viento sur soplando inclemente, recordándonos como el invierno nunca se va, ese hijo de puta solo descansa un rato; ayer, me cruce con “el flaco”.



Venía de procurar substancias, de golpear el portón de madera alto y torcido, por los cientos de colgados que justamente ensayan el trapecio de la colgadera en el, esperando escapes o re-encuentros violentos, por gramo. La boca del barrio pública y secreta, por nadie desapercibida...Continuar leyendo.

Ali, para no perder la costumbre. ELLA


ELLA

Cuando sonó el despertador a las seis y media de la mañana, ella no sabía si se estaba despertando de la siesta que nunca pudo dormir el día anterior, o si efectivamente le tocaba volver a empezar un nuevo día. El hecho de pensar que tenía que cumplir un día más de nueve horas en ese laburo repugnante la hizo volver a cerrar los ojos para esconderse tras la lagaña matutina y prometerse esos merecidos “cinco minutos más”. El problema fue cuando esos cinco minutos se convirtieron en treinta y cinco, y no pudo ni desayunar ni darse esa ducha salvadora en una fría mañana de Julio. Cuando se despertó de nuevo, tuvo un vago recuerdo de una vieja amiga....Continuar leyendo el relato.